Puerta del Diablo. Tupiza, Bolivia.

29 mar 2012

Humahuaca. Febrero/2012

Aquel reencuentro conmigo mismo (Javi) en la profunda Quebrada de Humahuaca, fue sin la fuerza y el aroma que imaginaba y sobre todo esperaba. Hacía 5 años que no volvía a Humahuaca (Cata iba por primera vez), lugar que supo cobijarme en sus cerros de aguayo color tierra. Fueron 8 meses infinitos, historias, saberes, errores, llantos con risas y gente que supo estrecharme su mano y confianza. Conocer al ancestral bombo legüero en Aisito, oasis de músicas, historias y brindis por lo que sería.

Llegamos en pleno Carnaval, fiesta milenaria que mucho se ha comercializado y poco se ha revalorizado con sabiduría. Hoy son todos flashes, fugaces alegrías para el Facebook. Además, no faltan personas alcoholizadas y agresivas. En la Quebrada, son pocxs lxs jóvenes que cantan con caja, esa práctica social y musical es llevada a cabo en gran medida por lxs abuelxs. Será por eso que no disfrutamos el carnaval y poco nos integramos a la fiesta. Será que imaginábamos otra Humahuaca, menos poblada, mucho más limpia y calma. Será que fuimos ilusos de lo que no puede ser en Febrero, entre el desentierro del diablo y las comparsas.


Monumento a la independencia


Recital de charango en la Casa de Ricardo Vilca






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